Como en todas las redes sociales, siempre existen una serie de prácticas que mucha gente suele llevar a cabo en Twitter como norma casi establecida, esa que dictan las distintas netiquetas. Una de ellas es el follow back, esto es, seguir automáticamente a quien ha comenzado a seguirte. Soy partidario de no hacerlo, ya que la propia filosofía de la red del pajarito es la de seguir a aquel que te interesa, no crear una relación recíproca entre las dos partes. Asumo desde que entro en Twitter que seguiré a gente que jamás me seguirá (los más) y seré seguido por algunos a los que probablemente nunca siga (los menos). 

Así que no me ofendo cuando comienzo a seguir el timeline de alguien y él o ella no comienza a seguirme, y espero que tú no te ofendas si sucede a la inversa. Puede haber muchos motivos para seguirte (de los que hablaremos en otra entrada), pero en este caso sólo voy a hablarte del caso contrario: las razones por las que NO voy a seguirte en Twitter:

 1) No tienes foto: por muy interesante que sea lo que digas, necesito una imagen a la que asociarte. Puede que acepte un logo, pero nunca una imagen genérica o vacía. Por supuesto, mejor si es una cara.

2) No veo una línea clara de contenido: puede que siga a gente que habla de los temas más dispares, perfectamente inconexos entre ellos. En mi caso, puedo seguir a personas que hablan de redes sociales, publicidad, deporte omedios de comunicación de todo tipo, por ejemplo. Pero quiero saber de qué habla cada uno cuando veo su foto en mi timeline. Y con esta afirmación no niego que se puedan introducir toques personales o de temática diferente entre tus tweets.  Pero que tu «línea seria», por llamarlo de alguna manera, esté clara.

3) Siempre hablas de lo mismo: aunque pueda parecer contradictoria con la anterior, no lo es. Quiero que hables del mismo tema, no de la misma cosa. Estoy cansadísimo de ver «suscríbete a mi blog» tres veces al día. Creo que hay quien se suscribe porque piensa que así no le volverá a salir el mismo tweet 😉

4) Dices que eres un experto en algo: creo que eso deben decirlo los demás. Tú mejor di que eres especialista o que estás «especializado en».

5) Sigues a miles de personas: esta es la que más me gusta, y con la que coincidirá menos gente. Pero o no tienes vida fuera de la pantalla, o es imposible seguir a más de 3.000 personas. En ninguno de estos casos me interesas. Si sigues a tanta gente lo haces precisamente buscando el follow back, en un ansioso y estúpido deseo de obtener más seguidores. No cuentes conmigo.

6) Haces tus tweets ininteligibles: deja alguna palabra sin almohadilla y/o enlace, ¡por favor!

7) No aportas nada: haces retweets y más retweets, o incluso propios, pero no aportas opinión. Contenido en la red hay mucho, pero lo que quiero es que me aportes tu visión. Dime qué piensas, no qué lees.

Por supuesto, estas son algunas de mis razones, y cada uno tiene las suyas propias. Incluso habrá quien piense que devolver el follow es siempre lo más «correcto» o «educado».

Y tú, ¿qué piensas?

PD: si no cumplo ninguna de tus razones para no seguirme, búscame en @PabloAlcahud