En la tarde de ayer asistí al evento de Adictos Social Media Barcelona. Siempre es bueno acercarse por los eventos de nuestro gremio, porque seguro que aprendes mucho y probablemente conozcas a alguien interesante, desconocido hasta el momento. Pero en este caso, además, los ponentes eran verdaderamente atrayentes. Y he pensado que una buena forma de posar el conocimiento es ponerlo por escrito. Y si de paso le interesa a alguien, pues aquí lo tiene. Añado algunos de los tweets que condensan mejor algunas ideas.

Habló en primer lugar Alex Rubio, el cual nos hizo reflexionar sobre el cambio en los paradigmas tradicionales del marketing. Quizá la idea que más caló, al menos personalmente, es que no podemos pensar en marketing como un ensamblaje de piezas separadas. Todo lo que hace la marca transmite, y debemos cuidar cada detalle de dicha comunicación. Una idea que en ocasiones, para los profesionales, es demasiado evidente, pero no así para muchas marcas, incluso algunas de ellas punteras. Pero no fue el único concepto sobre el que nos habló @alexrbn: empatía con el cliente, riesgos que las marcas deben asumir, el employee engagement o las figuras del prosumer y el presumer. El cliente ya no sólo recomienda, sino que pasa a ser una pieza fundamental incluso en la fase de creación del producto.

 

En segundo lugar pudimos escuchar al gran Andy Stalman, con el  tono motivador de siempre. Nos animó a volver a nuestra infancia, cambiando el ¿por qué? por un ¿por qué no?, a saber aprender de nuestras diferencias («hasta ellas se parecen») y a dejar patente que la cretividad es hacer lo de siempre como nadie lo había hecho nunca. Desafiar las reglas del juego. También nos dejó la perla del brandketing, un concepto que pretende aunar la idea de comunicación del marketing con la idea del alma del branding. Chapó.

 

Pedro Rojas fue para mi el gran descubrimiento de la noche. En el mundo 2.0, donde abundan las buenas intenciones, las ganas de cambiar el mundo y el positivismo (por supuesto necesario), hay gente que se encarga de recordarnos que esto es marketing. Y que el marketing, para que sirva de algo, debe medirse de una manera que nos resulte válida. De nada sirve la recogida de datos como número de seguidores o  «me gusta», ni considerar el posicionamiento como fin, en lugar de como un medio. El IOR (Impact of relationship) debe ser nuestro indicador. Me gustó el ejemplo de que una estrategia de social media orientada a atención al cliente no puede tener como indicador los retweets o los «me gusta» de una entrada. Si estamos orientados a la atención al cliente, nuestro indicador más valioso será el porcentaje de incidencias resueltas.

 

Amparo Sanz fue la rookie del día, esto es, la debutante. Se trata de uno de esos casos de éxito que sirven de ejemplo para demostrarnos que, si bien no es fácil, cualquiera puede llegar a conseguirlo. Y en su caso lo que ha conseguido es crear su propio negocio de handmade (moñaditas.com), donde vende una gran variedad de artículos para regalo artesanalmente personalizados.

 

Joana Sánchez, por su parte, nos habló de cómo lo social es más que algo nuevo, sino que es algo que hace que todo lo demás sea nuevo. El marketing ha cambiado, y no nos queda más remedio que adaptarnos a él. Debemos pensar en el marketing como un todo, integrando el online en el offline, o viceversa. Quizá el mejor titular de su ponencia, y que define perfectamente el momento que vivimos, es que el cliente olvidará lo que le dijimos, lo que vio e incluso lo que pensó. Pero nunca olvidará lo que le hemos hecho sentir.

 

Y por último, para rematar una tarde intensa, el huracán de Isra García. Cuesta destacar la multitud de ideas que este hombre es capaz de dejar cuando se pone a hablar delante de un auditorio, aunque por supuesto, la que le ha hecho famoso ha sido su concepto human media: los medios sociales lo son porque están al servicio de las personas, y no debemos perder nunca esa perspectiva. Estamos hablando directamente a personas, y eso es lo que diferencia las redes sociales de otras formas de comunicación. Sin embargo ayer caló más la idea de buscar el cambio, aunque vaya asociado al terror al fracaso. Todos tenemos miedo cuando hacemos algo nuevo, pero eso es lo que lo hace emocionante y, al final, decisivo. Esa emoción nos hace lanzarnos y sacar lo mejor de nosotros mismos, precisamente por el miedo al fracaso. Hoy todo está cambiando, y cualquiera puede ser un motor de ese cambio.

 

En definitiva, no defraudó en absoluto Adictos Social Media Barcelona, que concentró durante más de 3 horas a grandes profesionales de un sector que no para de crecer, y que no sabemos muy bien a dónde se dirige.

Aunque, a decir verdad, desde ayer sabemos un poco más.