En esta y las siguientes entradas haremos un pequeño repaso a las principales redes sociales y sus ventajas e inconvenientes en su utilización por parte de la pequeña empresa. Como no, empezamos con el que hoy es el rey de los medios sociales: Facebook.

Si hablamos de la vigencia o no de Facebook, podemos optar por dos enfoques. El primero, tratar de aventurar qué será de él en un futuro próximo: si conseguirá superar las dudas sobre la privacidad, si los inversores conseguirán monetizar su inversión en la compañía, y un largo etcétera de opciones futuribles. El segundo, en el que quiero centrarme, es en su utilidad a día de hoy.

Como todo el mundo sabe, Facebook es hoy la red social número uno, tanto por usuarios, como por frecuencia de acceso y otros aspectos cualitativos. No en vano, también es donde más empresas tienen presencia. Pero, ¿deben estar todas? Desde mi punto de vista, radicalmente no.

El número de usuarios al que dirigirnos es, desde los inicios del marketing y la publicidad, el principal factor a tener en cuenta. Así que primer punto a favor. Sobre todo si nos dirigimos a un público masivo, todo indica que es nuestro sitio. Sin embargo, la nutrida presencia de marcas y empresas aporta su primer factor negativo: la altísima competencia. En sus inicios, bastaba con crear un contenido medianamente interesante para conseguir una gran interacción por parte de tus seguidores. Ellos no seguían a muchas empresas, y nuestras publicaciones pugnaban en igualdad de condiciones con las de sus amigos. Sin embargo, el perfeccionamiento continuo del Edgerank hace que cada vez sea más difícil que nuestras publicaciones lleguen a nuestros seguidores. Las fotos, vídeos, actualizaciones de estado y enlaces que publicamos caen hacia abajo en el feed del usuario, con lo que muchos no llegan a verlas.

Ante esta perspectiva, debemos optar por dos caminos: el primero de ellos, ser lo más creativos posible. Esta es una obligación permanente en comunicación, pero que debemos tener más presente que nunca. A lo largo del tiempo, observaremos si funcionan mejor unas publicaciones que otras, en función del tipo de publicación, el tono que utilicemos, la segmentación que hagamos y el resto de variaciones posibles. Así sabremos si a nuestros usuario les gustán más los post en tono de humor o los que sean más concienzudos y analíticos. Lógicamente, cada marca es un mundo, así que es inútil dar unas pautas generales, pero sí sabemos que debemos dar a nuestro público lo que nos pide con sus Me gusta.

La segunda opción consiste en pagar por promocionar nuestros posts en Facebook, una opción cada vez más interesante. En este punto siempre nos viene la misma idea: si una Pyme tiene que pagar, volvemos a la situación anterior a la aparición de las redes sociales. Necesitaremos una inversión importante para poder ganar difusión entre nuestro público. Y en parte es verdad, porque esto de la comunicación funciona así. Los medios consiguen audiencia, y te venden el acceso a ella. El hacer social media gratuito (ojo, en cursiva) con buenos resultados estaba genial, pero todos sabíamos que no iba a durar toda la vida. La ventaja es que Facebook nos permite promocionar desde un euro al día. Con ese dinero, pensaréis, poco podemos hacer. Y sí, efectivamente, no lograremos hacer mucho…si tenemos una gran comunidad. Pero estamos hablando de pequeñas empresas, y más que nunca la importancia de la calidad (de nuestros seguidores y de publicaciones) primará sobre la cantidad. Por fin.

No necesitamos tener 10.000 seguidores, si nuestra lista de clientes se reduce a 1.000 personas. Pensemos que no todo el mundo tiene Facebook, y no todos los que lo tienen nos seguirán, por mucho que hagamos. Así que es mejor tener una comunidad reducida, pero activa,  que una gigante, pero muerta. Y lo mismos pasa con el número de publicaciones. Será más útil hacer una publicación semanal, promocionada con 5 euros, bien segmentada y elaborada, que una publicación diaria de manera precipitada que no llegará a nadie y que apenas conseguirá interacción. El coste que pagaremos a Facebook por promocionar la entrada será igual o menor al coste en trabajo de crear más entradas inservibles.

Y volviendo por fin a lo que nos ocupaba al principio, la vigencia de Facebook, a día de hoy, sigue siendo incuestionable. Para quien se adapta  a los cambios (continuos) de la plataforma y tiene clara su estrategia y las acciones que lo componen, sigue siendo muy útil. La promoción de las publicaciones* es un aspecto nuevo con el que debemos jugar en el día día, sobre todo en aquellas marcas en que el punto de la creatividad o el aspecto lúdico es más difícil de lograr.

Quizá Facebook ya no es el que era, desde luego. Tampoco es lo que será en un futuro, seguro, porque las redes sociales cambian todos los días.

Pero, hoy por hoy, sigue siendo el rey.

 

*Respecto a la publicidad en Facebook, a lo largo del verano estoy realizando diversos experimentos para observar los diferentes resultados obtenidos. En Twitter voy comentando algunas conclusiones conforme las vamos obteniendo, y en unas semanas publicaré un informe detallado con los resultados completos y las conclusiones obtenidas. Si no quieres perdértelo, una buena opción puede ser suscribirte al blog, por RSS o por email (en la columna derecha).