A menudo me encuentro con artículos, algunos de ellos increíblemente bien argumentados, que nos explican por qué debe tu empresa volverse social. No dejo de asombrarme. Por supuesto, entiendo que la expresión «volverse social» hace referencia a que debes empezar tu estrategia en las redes sociales. Pero la expresión, en sí misma, no puede ser más paradójica.
Tu empresa ya es social. Lo es desde el día en que nace. Abre sus puertas para ofrecer a la sociedad un producto o servicio, y evidentemente no se entiende sin una orientación social. A lo mejor ni lo sabes, pero tu negocio tiene una vocación social intrínseca. Nace para cubrir una necesidad, para ofrecer algo que la gente necesita. Para llenar un hueco en la sociedad.
La relación con el cliente es la base de cualquier negocio. Quizá no te lo hayas planteado. No es el núcleo de tu visión empresarial. Pero la relación con el cliente es el sustento de cualquier negocio, sea una pyme o una gran empresa. Sin cliente, ésta no existe.
Así que lo de volverse social resulta un poco sorprendente. Más bien deberíamos hablar de no perder tu carácter social.
Y con esto no hablamos sólo de redes sociales. Estamos acostumbrados a oir hablar de las redes sociales como algo totalmente nuevo, que aporta un nuevo enfoque al marketing y las relaciones de una empresa con sus públicos. Y sí, efectivamente, nos descubre nuevos caminos. Pero el destino es el mismo de siempre: el cliente. Así que, estés o no en redes sociales, conciénciate de una cosa: tu negocio es social.
Por eso decía al inicio que la expresión me resultaba una paradoja: en principio parece un tanto absurda, pero finalmente adquiere todo su sentido. Tu empresa debe volver a ser social. Ha perdido algo por el camino y debe recuperarlo. Y una buena forma, efectivamente, es desarrollar una estrategia en redes sociales.